PEQUEÑOS DETALLES

A veces, inmersos en los quehaceres diarios, se nos escapan pequeños gestos, palabras, detalles. Nada más importante y necesario que aprender a valorarlos y ejercitarnos en tenerlos. Aunque ser bastante olvidadizo/a, no ayuda precisamente a ello, tampoco quiere decir que el sentimiento de amor, gratitud, alegría o la intención de compartir ese momento, quede totalmente invalidado por la ausencia, retraso de estos pequeños gesto o porque no respondieron quizá a nuestras expectativas. 

Dicho lo cual, debemos saber cuanto bien se puede llegar a hacer con una sencilla mirada, una simple caricia, o un escueto mensaje. Con estos detalles renovamos nuestra amistad, confianza, cariño o disponibilidad. Nos podemos hacer presentes en la vida de quienes un día compartieron con nosotros sus preocupaciones, ilusiones y esperanzas. Gestos que quedarán grabados en el corazón como rincones casi olvidados donde el alma siempre podrá retornar en busca de paz, consuelo, de ánimo e impulso.

Pues al igual que no hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para saber cuánto has cambiado tú; no hay mejor estímulo que rememorar estos pequeños detalles, para seguir caminando con la misma vida, felicidad y alegría que nos produjeron al recibirlos por vez primera. 

Pequeños en su forma pero inmensamente grandes en su significado. Un regalo del mayor amor que puede concebirse; el de la apertura de tu vida a los demás y de dar siempre lo mejor de ti. 



LAS CASUALIDADES NO EXISTEN


¿Eres de la opinión de que algo ocurre sin más? o ¿crees que todo tiene una razón y sucede por algo?. Casualidad o destino. Azar o Providencia...será una de las elecciones, más bien, una de las lecciones que la vida nos irá enseñando.

Hay muchas formas de expresar la afirmación de que las casualidades no existen. Por ejemplo, una anónimo, que parece responder a las preguntas ¿por qué suceden cosas que no comprendemos? o ¿qué sentido tiene alguna experiencia difícil, confusa o dolorosa?, nos dice: "Algún día todo tendrá sentido. Así que, por ahora, ríete ante la confusión, sonríe a través de las lágrimas y síguete recordando que todo pasa por una razón". 

Eso sí, dejando claro que ninguna experiencia mala o dificultad de salud, puede responder jamás a un "castigo" del destino, de la Naturaleza o de Dios. Sino quizá más bien a la propia debilidad de nuestra naturaleza humana. Pero ante ello, tenemos también la poderosa herramienta de nuestra capacidad de superación, de lucha y amor por la vida, y quienes la comparten con nosotros.

Precisamente de amor y del encuentro con otras personas nos habla este fragmento de "El Alquimista" de Paulo Coelho, en el que también parece afirmar que el destino responde a un plan ya trazado o escrito, en cuanto a que nunca podrá ser sólo fruto de la casualidad que se crucen los caminos de las personas: "Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde su importancia por completo, y sólo existe aquel momento y aquella certeza increíble de que todas las cosas bajo el sol fueron escritas por la misma Mano". 

Quizá el pensamiento visual que mejor refleje nuestra dificultad para afirmar totalmente convencidos y convencidas de que al final todo tiene sentido sea esta: un puzzle.


Me gusta recordar la afición de un amigo por este tipo de entretenimiento. Atreviéndose con puzzles complicadísimos de miles de pequeñas piezas, llegando a formar cuadros de más de dos y tres metros, que una vez terminados, son auténticas obras de arte, no sólo por la imagen que representan, sino más bien por la paciencia y dedicación que suponen. Todo un reto y una buena forma de aprender a afrontar la vida, desde la casualidad o desde la certeza.

Pues en cierta ocasión, nos enseñó cómo separaba las piezas por colores y formas (primero las que correspondían al marco pues eran más fácilmente distinguibles). Clasificando y separando las piezas en gran cantidad de cajas y recipientes, con las que después tenía dos maneras diferentes de actuar: una la de "probar" mecánicamente para ver si las piezas van encajando unas con otras (y casi sorprenderse de estas casualidades); y otra manera, la de "interiorizar" la imagen de obra de arte que sabía que tenía entre sus manos (aunque no pudiera verla) para ir poco a poco cumpliendo la cuidadosa misión de finalizarla, con la certeza de que todas las piezas, de un color u otro, de una forma u otra, eran importantes para que al final todo tuviera sentido. 

Nosotros también tenemos dos maneras de contemplar el puzzle de nuestra vida. Vivirlo como una sucesión mecánica de experiencias, donde a veces nos sorprende que dos momentos o hechos estén relacionados (encajen por casualidad) o tomarnos un tiempo para preguntarnos de qué gran obra formamos parte (Naturaleza, Creación, Misión...) para vivir con positividad, serenidad e intensidad cada paso o cambio de nuestra vida con la certeza de que todos ellos son importantes; con la confianza de que al final todo tenía una razón para ocurrir (aún por casualidad), aunque quizá todavía no lo podamos ver, pues esta gran obra, de la que forma parte también nuestra vida, aún no está concluida. Y todo tendrá sentido, y un sentido bueno y bello.

MANO AMIGA


¿Alguna vez has necesitado una mano amiga? Lo más probable es que sí. Mucho podría decirse sobre estas manos.  Pero destacaremos solamente tres aspectos: su sinceridad, bondad y fidelidad. 

Una mano amiga es aquella que procede de una sincera amistad; que no es aduladora, ni interesada o sólo una amistad en apariencia, a medio camino entre el compañerismo y una relación más profunda y personal. Que tiene sincera valentía sobretodo para consigo mismo/a, rompiendo la inercia de lo que puede llegar a ser una insaciable autoestima de caer bien a todo el mundo, sobretodo de quienes se puede obtener mayor beneficio, poder o aplauso. 

Bondad, en sentido de "buena intención". Que piensa, desea, habla y actúa por nuestro bien y de las personas a quienes amamos, ofreciéndonos su consejo para evitarnos cualquier daño, o al menos, para ayudarnos a aprender a encajarlo y minimizar sus efectos. 

Fidelidad, en cuanto que tiene un carácter permanente, a pesar del tiempo, de la distancia, de malentendidos que pudieran haber desgastado en algún momento este vínculo que reconocemos como único, especial e irrenunciable. Que se renueva y actualiza, a veces de forma inesperada, buscando la ocasión adecuada. Que suele ser justamente cuando más se necesitaba. 

¿Alguien pensó que tú eras su mano amiga? ¿respondiste al regalo de su confianza? Quizá tu intención no fue nunca ser una mano amiga. Ser su mano amiga. Por ello, hay que tener cuidado, honestidad y cierta sensibilidad, para no construir falsas atmósferas de empatía, de comunión, de intimidad espiritual; pues podríamos estar dando pie a que alguien llegue a creer, pensar o sentir equivocadamente que camina acompañado/a de esa mano amiga, que nunca lo llegará a ser de verdad. Mejor no generar una expectativa de sinceridad, bondad y fidelidad que no estemos dispuestos o preparados para asumir. 

Una mano amiga no necesita escuchar un "gracias" con el oído, pues no sabrá distinguir si el eco de esa gratitud en su corazón es propio o ajeno, el de su amigo/a. Pues llega a difuminarse quién ayuda a quién. Quién es la mano amiga y quien el amigo que espera una mano. 

Si en estas entradas intentamos descubrir nuevos aprendizajes para la vida, entonces hay que subrayar que: siempre existirán nuevas oportunidades para reconocer una mano amiga o reconocerte tú mismo/a como tal.




IDEOGRAMAS

Un ideograma es un conjunto de símbolos que representan una idea. Un ejemplo de ideograma actual puede ser una sencilla señal de tráfico en la que sólo aparezca una flecha, indicándonos el sentido del tráfico hacia el que debemos dirigirnos. Pero aún contemplando este ejemplo, hay que aclarar que los ideogramas necesitan el consenso del grupo al que se dirigen y de la ayuda del aprendizaje para ser correctamente interpretados.

Los ideogramas más antiguos aparecen junto a pictogramas (imágenes del objeto o que se relacionan con él) en la escritura de los egipcios, sumerios, aztecas, indios americanos e incluso los cavernícolas, originando nuevas formas para comunicarse o relatar una historia.

Hay sin embargo ideogramas que por sí solos ya denotan una mayor profundidad de sentido y en su significado. Es el caso de los tatuajes que se han puesto de moda, que suelen ser símbolos japoneses que utilizan estos símbolos (llamados kanjis) que tienen su origen en el antiguo idioma chino.

Uno de los ideogramas más conocidos es la representación ideográfica de la palabra "crisis" en la escritura china. Que se compone de dos ideogramas unidos que significan "amenaza" y "oportunidad". Y nos enseñan que en todo momento de crisis existe un lado negativo (de pérdida, peligro, decepción...) y un lado positivo (de potencialidad, cambio a mejor, esperanza...).


El símbolo de la cruz, según el consenso y aprendizaje de la comunidad cristiana, representa al mismo tiempo la muerte y resurrección de Cristo. Repitiéndose esta idea de que toda realidad encierra estos dos aspectos. Quizá por ello sea bueno tener presente la enseñanza de estos ideogramas, para analizar con profundidad la complejidad del mundo que nos rodea, incluidas las personas. 



APRENDER DE LA NATURALEZA

Hace unos días, paseando por un parque, me llamó la atención un árbol cuyas flores eran rojas. Por curiosidad, le hice unas fotos para poder identificarlo mejor. Ello me ha ayudado a aprender algo más sobre la naturaleza y a compararla con algunas de nuestras características como seres humanos y nuestras experiencias vitales.

Como no tenía más referencia que la de un cartel que indicaba que procedía de Australia, busqué información en la red sobre el extraño árbol. Enseguida pude identificarlo: es el limpiatubos, árbol cepillo, limpiabotellas (por su forma), que científicamente se conoce como "Callistemon Citrinus" o estambres hermosos, cuyo olor recuerda a cítricos.  

Pude averiguar que hay diversas variedades de arboles, arbustos y plantas de hogar que pertenecen a su misma familia. Tan distintas unas especies de otras que en algunos casos costaría relacionarlas. 

Dicen de este árbol que es muy resistente, que sirve para decorar terrenos muy pobres y que necesita mucho la luz del sol. 

Navegando por blogs de los amantes de la naturaleza, me topé con un breve relato de cómo "resucitó" uno de estos, gracias a la constancia y paciencia de su cuidadora, que no dejó de regarlo aunque ya parecia muerto. Compartiendo con sus lectores, que no salía de su asombro, ya que con sus propias manos había comprobado la sequedad de sus ramas y hojas. Para terminar diciendo que "a menudo en el reino vegetal, la vida nace de la muerte, por chocante que parezca". 

Quizá el ejemplo de este árbol, nos enseñe que también la naturaleza tiene grandes lecciones que darnos, siendo otra ventana educativa por descubrir. 

Pudiendo ser un espejo donde reconocer que a pesar de nuestras diferencias, nos unen e identifican, igual que a las plantas, unas mismas familias: la humanidad, la sociedad, nuestra pertenencia a una comunidad o Iglesia, el hogar...

Y si un simple árbol puede alegrar lugares tristes, ¿no podremos nosotros esforzarnos en alegrar corazones? También aprender que por resistentes que creamos ser, necesitamos del sol, el agua... por lo que debemos saber cuál es nuestro sol y cuál es el agua que satisface nuestra sed de saber, tener, o hacer. Lo que nos alimenta espiritualmente. Nos guía; cuál es la raíz de nuestro amor y nuestra entrega.

Finalmente, este árbol, nos enseña que por difícil o imposibles que parezcan las cosas, la muerte, silencio o vacío no es el final, pues la vida siempre se abre camino...quizá no haya mejor ejemplo a la espera de una Pascua.